El ganado caprino necesita cubrir sus necesidades básicas de mantenimiento y producción a partir de una dieta equilibrada que le aporte la energía, proteínas, minerales y vitaminas necesarias.

En este sentido, los minerales son esenciales en el desarrollo de diferentes procesos vitales, se encuentran en muy pequeñas cantidades en la mayoría de los alimentos, y algunos de ellos son imprescindibles en pequeñas o mayores cantidades.

Los minerales más importantes en las dietas son los llamado macrominerales que engloban la sal común (NaCl), el cálcio (Ca), el fósforo (P), el magnesio (Mg), el potasio (K) y el azufre (S).

La deficiencia de sal puede provocar problemas de digestión y falta de apetito. Además, tanto el cloro como el sodio regulan la presión osmótica de los líquidos, por lo que una escasez de estos puede provocar retrasos en el crecimiento. Una manera de corregir esta deficiencia es utilizar sal común, bicarbonato sódico o  cloruro potásico.

Tanto el calcio, como el fósforo y el magnesio son imprescindibles en la formación del tejido oseo así  como de la leche.

El calcio es el mineral más común en el cuerpo y una falta de este puede alterar el apetito de la cabra provocando malformación ósea y fragilidad. El producto más utilizado por disponibilidad y precio es el carbonato cálcico.

El fósforo por su parte es esencial para la reproducción de las cabras y necesario para liberar la energía muscular, la digestión de los ácidos grasos y el desarrollo de las células. Una deficiencia en fósforo puede acarrear trastornos en la alimentación, problemas de reproducción y escasa producción de leche en las hembras lactantes.

Cabe destacar que otras fuentes habituales en la deficiencia de calcio y fósforo son el fosfato monocálcico o el fosfato bicálcico.

macrominerales fosfato monocálcico

Fosfato monocálcico

En lo referente al magnesio, este es necesario para el correcto aprovechamiento del calcio y para mantener una fertilidad normal en los animales, por lo que una falta de magnesio puede ocasionar abortos, estros silenciosos, infertilidad y parálisis muscular, este último sucede si falta magnesio en los forrajes. El óxido de magnesio es el mineral más común para evitar deficiencias, aunque también se puede usar el fosfato de magnesio o sulfato de magnesio.

Por su parte el azufre es el componente de algunos aminoácidos como la cisteína, cistina y metionina, que se encuentran en proteínas. Una deficiencia en azufre puede ocasionar anorexias y perdidas de peso. Las deficiencias en aminoácidos se  pueden corregir utilizando los propios aminoácidos com DL-Metionina y las deficiencias en azufre se pueden corregir con azufre en flor.

Así pues, la mejor suplementación en macrominerales la encontramos en forrajes y cereales de calidad, en caso de no tener accesibilidad a estos productos se recomienda incorporar los macrominerales en el concentrado para asegurar un correcto suministro y así evitar deficiencias que repercutan en la productividad.